Mariel Estévez y Salvatore Ciano, dos jóvenes investigadores de Argentina e Italia se han incorporado al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) tras ser seleccionados en la competitiva convocatoria 2025 de las Marie Skłodowska-Curie Postdoctoral Fellowships, una de las ayudas más prestigiosas de la Unión Europea para impulsar la carrera investigadora. Sus proyectos financiados, SAFE-GREENPACK y MIND CLARITY, se desarrollarán en el I3A, en la Universidad de Zaragoza, en las áreas de seguridad alimentaria e inteligencia artificial aplicada a la salud mental.
Las Acciones Marie Skłodowska-Curie buscan garantizar el desarrollo óptimo potencial científico e innovador, ofreciendo a los investigadores el prestigio de estos contratos postdoctorales internacionalmente, ya que se evalúa la investigación de alto nivel en los primeros tramos de la carrera investigadora y se compite a nivel internacional, premiando la excelencia del proyecto, el investigador postdoctoral solicitante y el supervisor, así como la calidad de la institución de acogida durante tres años. Esta convocatoria ha recibido este año 10.212 propuestas presentadas a nivel global, dotando a España de 42,4 millones de euros, con 221 proyectos financiados de 1 344 solicitudes.
Mariel Estévez, doctora en Física de Partículas, llega al I3A tras una trayectoria marcada por la estadística, la programación y la inteligencia artificial. “Estudié Física en la Universidad de Buenos Aires, hice mi doctorado en física de partículas, y con el tiempo me di cuenta de que me interesaba mucho aplicar todo eso al campo computacional”, explica. Durante su postdoctorado comenzó a trabajar en interpretación de audios y verificación del hablante y descubrió la línea que hoy es su investigación: la detección de patologías y trastornos mediante la voz.
Su proyecto Marie Curie, MIND CLARITY, busca desarrollar un sistema de inteligencia artificial capaz de reconocer, a partir de grabaciones de voz, si una persona presenta síntomas de depresión. “La idea es estudiar sistemas que usando la voz reconozcan de forma automática si una persona tiene o no depresión, siempre orientado a que lo pueda usar un médico y no que una persona se autodiagnostique”, señala. Pero su enfoque no se limita a la precisión del modelo: “No pretendemos que sea el mejor de todos, sino que sepamos realmente qué está haciendo”, destaca. Para ella, la transparencia es esencial: “Hay veces que la computadora aprende cosas que no queremos, como el eco de la habitación o el tipo de micrófono. Queremos evitar esas cosas y asegurarnos de que usa características físicas relevantes”. Estévez subraya: “Elegí este instituto porque ya lo conocía, había venido, me gustó mucho… pero lo más importante fue la calidad de las personas con las que trabajé”.
Durante su estancia, colaborará con los investigadores Alfonso Ortega (grupo VivoLab) y Raquel Bailón (grupo BSiCoS), e incluirá una estancia en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
En paralelo, Salvatore Ciano, doctor en Ciencias de las Materias Primas, investiga desde hace años la química analítica de alimentos y la presencia de contaminantes. “Soy científico alimentario de formación, pero mi especialidad es la química analítica. Empecé trabajando en calidad y evaluación de seguridad alimentaria, y después profundicé más en los contaminantes y las técnicas analíticas”, resume.
Su proyecto SAFE-GREENPACK analiza los nuevos materiales verdes que están sustituyendo al plástico en envases y vajillas desechables. Su objetivo es determinar, científicamente, si estos materiales son realmente seguros. “Mi proyecto trata de la evaluación de la seguridad de nuevos materiales desechables en contacto con alimentos. Por ‘verdes’ me refiero a lo que ahora se percibe como bueno para el medioambiente”, explica. El proyecto se desarrolla en tres fases, un estudio de mercado para identificar qué materiales están presentes actualmente en productos de uso cotidiano; después, análisis químicos avanzados para identificar las sustancias presentes y su posible migración a los alimentos y, finalmente, una evaluación del riesgo para determinar si estas cantidades son o no perjudiciales para la salud. “Siempre vas a encontrar pequeñas cantidades de contaminantes. Pero la pregunta es: ¿esa cantidad es peligrosa o no?”, plantea.
Ciano destaca la importancia de haber obtenido una MSCA. “La beca Marie Curie es algo muy importante para un investigador, tanto en lo personal, como en lo profesional. Es prestigiosa, muy competitiva y el sentido de las Marie Curie, son becas de movilidad, permiten que los investigadores descubran formas distintas de trabajar y demuestra la capacidad para atraer financiación, que es una habilidad muy importante”. Sobre su elección del I3A, lo tiene claro, “el laboratorio en el que trabajo ahora es uno de los mejores del mundo en el tema específico en el que yo trabajo. Para mí fue como, vale, quiero estar aquí”, afirma.
El proyecto está supervisado por las investigadoras Margarita Aznar y Elena Cañellas (grupo GUIA) e incluye colaboraciones con la Universidad de Amberes y Gembloux Agro-Bio Tech.
España vuelve a liderar la Unión Europea en la convocatoria Marie Curie, una de las más competitivas del continente. Este año se presentaron más de 10.200 propuestas y solo 1.696 fueron financiadas. España consiguió 221 proyectos y 42,4 millones de euros, situándose de nuevo como el país con mayor retorno.
En este contexto tan exigente, el I3A presentó 11 propuestas y logró un resultado excepcional: dos proyectos financiados y dos Sellos de Excelencia, alcanzando una tasa de éxito del 36,3 %, muy por encima de la media europea (16,4 %). Estos resultados reflejan el compromiso del I3A con la excelencia investigadora, la movilidad internacional y la formación avanzada del talento postdoctoral, contribuyendo al liderazgo de España en las acciones Marie Skłodowska-Curie.
Más información: https://marie-sklodowska-curie-actions.ec.europa.eu/calls/msca-postdoctoral-fellowships-2025